La empresa Cecsa se enfrenta a una difícil situación financiera como
consecuencia de un incumplimiento de acuerdo verbal del equipo Hispania.
En sus naves, cercanas a la factoría de Opel en Figueruelas, descansan
tres imponentes carrocerías de camión cubiertas de telas de araña porque
llevan dos años esperando a que quien las encargó, el equipo español,
las pague y recoja.
Víctor Méndez y su familia, los propietarios de la empresa, han pasado por auténticos apuros. "Para una empresa familiar como la nuestra es una carga muy grande", asegura. "Hemos hecho una enorme inversión y la tenemos ahí parada. Sólo en materiales hay 300.000 euros y no somos una multinacional", apostilla.
Méndez narra el origen del conflicto: "Quien nos encargó los camiones fue Adrián Campos, con el que ya habíamos trabajado anteriormente. Se le hizo el presupuesto, llegamos a un acuerdo y nos mandaron a Graham Watson para definir el producto. A la hora de firmar, Adrián salió del proyecto, teníamos todo el material y nosotros necesitábamos recibir un ingreso y poner todo en orden porque ya habíamos adelantado mucho trabajo e inversión".
Así se sucedieron los acontecimientos: "Al ver que no podíamos seguir adelante, tuvimos una primera reunión con José Ramón Carabante, que nos aseguró que iba a arreglar todo. Pero desde ese momento hemos tenido una reunión detrás de otra, la última hace unas semanas en los test de Montmeló, y no llega esa solución. Incluso en el GP de Valencia nos encargó dos camiones más, pero le dijimos que primero nos queríamos quitar esto de encima".
Méndez se siente indefenso: "No tenemos nada firmado, pero sí multitud de documentación que prueba que todo ha sido encargado por ellos. Si en vez de haber sido un equipo español hubiera sido italiano, habríamos aplicado nuestra política de que 'para que el gallo cante, la gallina por delante'. Pero teníamos la ilusión de estar con un equipo español en la Fórmula 1, y por eso ahora nos encontramos en esta difícil situación".
Víctor Méndez y su familia, los propietarios de la empresa, han pasado por auténticos apuros. "Para una empresa familiar como la nuestra es una carga muy grande", asegura. "Hemos hecho una enorme inversión y la tenemos ahí parada. Sólo en materiales hay 300.000 euros y no somos una multinacional", apostilla.
Méndez narra el origen del conflicto: "Quien nos encargó los camiones fue Adrián Campos, con el que ya habíamos trabajado anteriormente. Se le hizo el presupuesto, llegamos a un acuerdo y nos mandaron a Graham Watson para definir el producto. A la hora de firmar, Adrián salió del proyecto, teníamos todo el material y nosotros necesitábamos recibir un ingreso y poner todo en orden porque ya habíamos adelantado mucho trabajo e inversión".
Así se sucedieron los acontecimientos: "Al ver que no podíamos seguir adelante, tuvimos una primera reunión con José Ramón Carabante, que nos aseguró que iba a arreglar todo. Pero desde ese momento hemos tenido una reunión detrás de otra, la última hace unas semanas en los test de Montmeló, y no llega esa solución. Incluso en el GP de Valencia nos encargó dos camiones más, pero le dijimos que primero nos queríamos quitar esto de encima".
Méndez se siente indefenso: "No tenemos nada firmado, pero sí multitud de documentación que prueba que todo ha sido encargado por ellos. Si en vez de haber sido un equipo español hubiera sido italiano, habríamos aplicado nuestra política de que 'para que el gallo cante, la gallina por delante'. Pero teníamos la ilusión de estar con un equipo español en la Fórmula 1, y por eso ahora nos encontramos en esta difícil situación".
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